Publicado en eldiario.es, el 04.08.2016
El pasado sábado el Gobierno en “funciones” dio un
paso más en el proceso de implantación de la LOMCE, pero no fue un paso
cualquiera, sino posiblemente el que más rechazo ha generado entre la Comunidad
Educativa y partidos políticos, las REVÁLIDAS.
Cabe recordar que en la pasada Legislatura, el
Congreso aprobó una iniciativa presentada por el Grupo Parlamentario Socialista
para paralizar el calendario de implantación de la LOMCE, sólo el PP votó en
contra. Los resultados electorales del pasado 26 de junio no han otorgado una
mayoría suficiente al PP que le permita seguir actuando como si tuviese una
mayoría absoluta, desoyendo una vez más a la sociedad española que ya se ha
manifestado con absoluta claridad en contra de su ley educativa y de su forma
de actuar, a espaldas de la Comunidad Educativa.
Resulta provocadora la publicación del Real
Decreto 310/2016, de 29 de julio, por el que se regulan las evaluaciones
finales de Educación Secundaria Obligatoria y de Bachillerato, porque no sólo
implica ignorar las demandas sociales, políticas y educativas, sino que las reválidas son el culmen
de la segregación y de la desigualdad de
oportunidades impuestas por la LOMCE.
Las Reválidas o como el gobierno de Rajoy
eufemísticamente las llama, evaluaciones finales de Educación Secundaria
Obligatoria y de Bachillerato, no son simples evaluaciones finales. En primer lugar,
son pruebas cuyos resultados condicionan la obtención del título y su nota en
la ESO y en Bachillerato. Si no se aprueban, no se titula. Por eso, son
evaluaciones también excluyentes, porque si no se obtiene el título de ESO o
Bachillerato no se puede seguir avanzando en el sistema educativo. Se cierran
puertas a la FP de grado medio o a los estudios de Bachillerato en el caso de 4º
ESO, y a la educación superior (enseñanza universitaria, enseñanzas
artísticas superiores, formación
profesional de grado superior...) en el caso de la Reválida de Bachillerato.
Con los resultados de las reválidas, y según se
deduce de su Real Decreto, se permite establecer rankings entre Centros. Los
resultados se deben “poner en conocimiento de la comunidad educativa”, a la vez
que se realizan informes públicos con sus conclusiones. No es difícil intuir
que la publicación de las conclusiones implica una comparativa de resultados de
centros educativos y consecuentemente su estigmatización en función de los resultados
obtenidos. Las consecuencias son previsibles, la matrícula se verá afectada en
función de resultados, independientemente de los contextos sociales, económicos
o culturales de los centros.
La realización de una evaluación al final de 4º
ESO para optar a enseñanzas académicas o aplicadas es contraria a todos los planteamientos de la formación a
lo largo de la vida y a facilitar el acceso a estudios superiores, ambos
objetivos de la Unión Europea. Sin duda,
el objetivo de esta prueba es la selección por ley del mejor alumnado para Bachillerato
y dirigir a muchos alumnos a una FP, que de esta manera vuelve a quedar marcada
como la FP de hace 40 años.
Por si fuera poco, ¡la nota obtenida SÍ cuenta en
el expediente!. Un 30% para la obtención
del título de la ESO y un 40% para el título de Bachillerato. Todo un retroceso
educativo sin precedentes, cuando el debate educativo debería estar centrado en
certificados de competencias, currículos flexibles... Con la LOMCE y el
desarrollo de este Real Decreto, un
alumno que ha cursado y aprobado 4º ESO o 2º de Bachillerato puede no obtener
el título correspondiente e impedírsele
continuar estudios.
Lamentablemente el PP ya no tiene ni la capacidad
de sorprender en materia educativa. Es significativo y cobarde que la publicación
de este Real Decreto, de una tremenda trascendencia, se haga el 31 de julio,
coincidiendo con las vacaciones escolares. Desgraciadamente, este hábito tampoco es nuevo
en el gobierno de Rajoy, ya lo hicieron con el anteproyecto de la LOMCE, esta
ley que ni figuraba en su programa electoral y que apareció de manera casi
espontánea en un verano de hace ya cuatro años. ¡Y de aquellos barros, vienen estos lodos!.
Poco creíble es el discurso de Rajoy que dice
querer gobernar, pero ello conlleva acercar posturas con otros grupos
parlamentarios. La publicación de este tipo de Decretos y de esta manera, imponiendo
y a espaldas una vez más de partidos y comunidad educativa, revela nuevamente la política educativa que
quiere el PP. Este Real Decreto muestra una clara línea ideológica que ataca y
agrede la igualdad de oportunidades y que permite que miles de jóvenes puedan
ver frustradas sus aspiraciones en el futuro, por una norma elitista y segregadora.
Por ello, un rotundo NO a las reválidas.