lunes, 17 de septiembre de 2018

Sobre la demanda social en la educación concertada



Publicado en  Público 07/09/2018
Estos días hemos visto como ciertos sectores del PP y de la enseñanza concertada defendían la libertad de elección de escuela como un derecho adquirido que no existe en nuestro ordenamiento constitucional, así como la obligación del Estado a concertar la libertad de elección como una de sus obligaciones. Aclaremos estas interpretaciones.
Cuando se alude al artículo 27 de la Constitución, se debe hacer con rigor: tan sólo señala la libertad de enseñanza (27.1), el derecho que asiste a los padres para que los hijos reciban formación religiosa (27.3) y la creación de centros (27.6). Nadie cuestiona ni la libertad de enseñanza ni el derecho a la creación de centros ni el derecho a la formación religiosa. ¡Faltaría más! Son derechos constitucionales. Lo que sí es cuestionable es que la libertad de enseñanza suponga una obligación a los poderes públicos para concertar unidades. Esto no es un derecho constitucional, es una concesión que la legislación puede o no regular. La LOMCE lo hizo, introduciendo la llamada “demanda social” (109.2) y rompiendo así, el pacto educativo establecido desde la LODE 33 años antes. Es decir, lo que ahora se pretende presentar como evidencia de la vulneración del derecho a elegir centro por las familias, se basa en decisiones dentro del margen de planificación educativa o de las normas que lo deben articular.
Es preciso reconocer que la escuela pública es patrimonio de todos y eje vertebrador del sistema educativo, como por otra parte ocurre en la mayoría de los países europeos y debe progresivamente ser parte del proyecto de construcción de la ciudadanía Europea y de la propia UE. El sistema educativo debe responder como pieza esencial para articular el pleno ejercicio de la ciudadanía y por tanto son los poderes públicos quienes tienen la directa responsabilidad y deber de hacerlo posible. A la escuela pública no la define como tal la titularidad del centro, o la condición de funcionarios de sus profesores, sino que la definen sus fines sociales, la garantía de participación de la comunidad educativa y el principio democrático para su ordenación y funcionamiento.
Conviene refrescar algo de historia de nuestra legislación educativa.  La LODE (Ley Orgánica del Derecha a la Educación, 1985) estableció el sentido de los conciertos educativos, traduciendo esos principios constitucionales en una regulación que permitía la libertad de elección de escuela por parte de las familias, pero la matizaban y limitaban en el acceso a los centros sostenidos con fondos públicos en aquellas situaciones de exceso de demanda. Es decir, en los casos en que el número de solicitudes para obtener plaza en un centro escolar superase las plazas disponibles. Las medidas de la LODE para regular el proceso de admisión de alumnos delimitaron la libertad absoluta de elección de centro, basándose en la consideración de que, sin la intervención pública, se producirían situaciones de distribución de alumnos que repercutirían en las oportunidades educativas de los colectivos más desfavorecidos. La LODE permitió de esta manera una escolarización equilibrada entre la red pública y la red concertada conformando juntas el servicio público educativo.
Sin embargo, hoy en día, la realidad indica que el alumnado más desfavorecido se concentra en determinados centros, escuelas que concentran la nueva inmigración y alumnado autóctono en situación de pobreza y baja renta familiar. En paralelo otros centros, en su mayoría concertados pero también algunos públicos, presentan una homogeneidad social de sus clientelas sin tanta complejidad socio-educativa y un mayor capital cultural familiar que facilita su educabilidad y garantiza mejores resultados. Como pone de manifiesto la evidencia científica, cuanta mayor sea la segregación entre escuelas, peor es la equidad y peores son los resultados del conjunto del sistema. Un riesgo que ya previno la LODE vinculando los conciertos a los fines sociales y a la no selección del alumnado, además de reservar la planificación del mapa educativo en manos del Estado.
Fue precisamente la versión más ideológica del Partido Popular la que desborda el  necesario equilibrio constitucional, mediante la introducción de la “demanda social” en la LOMCE. Pero, insistimos, hay que aclarar que el derecho a la libertad de elección de los padres, no conlleva ni puede conllevar una obligación para concertar unidades. Todas las políticas educativas deben respetar y desarrollar el equilibrio que implica el artículo 27 de la Constitución, equilibrio que no siempre se ha respetado por lo que es necesario afianzar para el futuro toda la virtualidad de dicho artículo, lo que exige un respeto fundamental al contenido básico de ambos derechos de igualdad y de libertad.
Desde esta perspectiva, irradia desde el consenso constituyente el entendimiento de que si bien las redes pública y privada de la enseñanza han de trabajar objetivamente de manera complementaria e integrada para la persecución de los objetivos globales del sistema educativo, es tarea irrenunciable de los poderes públicos de un Estado social y democrático garantizar la realización efectiva del derecho a la educación como tarea primera y fundamental.
La complementariedad de las redes implica, pues, planificación y una clara definición del mapa escolar, lo que quiere decir que el concierto no depende ni de la creación de centros ni de la demanda, sino de la planificación de los recursos públicos. Es decir, en ningún caso, depende de la lógica de mercado.
La mayor parte de los centros concertados cumplen con los fines públicos normativos del concierto y contribuyen muy satisfactoriamente al desarrollo del sistema educativo. Incluso, dentro de la red concertada, encontramos ejemplos en las cooperativas de enseñanza y centros educativos de economía social que merecen un reconocimiento especial por su labor destinada a fines sociales. Por tanto, no se está poniendo en riesgo la existencia de centros concertados, ni su pluralidad de proyectos educativos, ni se está planteando su desaparición como algunos sectores han pronosticado, alarmando social e innecesariamente. La derogación de la eufemística “demanda social” de la LOMCE, introducida a la fuerza, no hace sino restituir el consenso existente desde la LODE (1985) que tan buenos resultados de equidad y escolarización equilibrada nos ha dado y que han sido constatadas por PISA.
Es más que razonable, exigir que la complementariedad entre ambas redes implique respetar normas comunes en el acceso del alumnado a los centros, y la escolarización equilibrada entre todos los centros públicos y concertados de los alumnos que requieran especiales atenciones de apoyo como el alumnado pobre, inmigrante o con diversidad funcional. La complementariedad también requiere atender a todo el alumnado sin ningún tipo de discriminación explícita o implícita (incluyendo la segregación por sexo), de acuerdo con una normativa de admisión del alumnado que evite la configuración de una doble red educativa y de sus efectos segregadores.
La defensa del supuesto derecho a la elección de centro, enmascara en demasiadas ocasiones, el principio de selección de alumnos por el centro, lo que pervierte completamente la idea de redes complementarias que sirven los mimos fines. Si solo es una red la que asume responsabilidades para las necesidades de atención y sobre las situaciones sociales más desfavorecidas, pasamos a ser un modelo de segregación con consecuencias nefastas para la cohesión social y cultural de nuestra sociedad.
También es lógico que los centros que se quieran acoger al régimen de conciertos cumplan con la obligatoriedad de hacer efectivo el principio de gratuidad y llevar a cabo una gestión transparente y controlable socialmente.

En definitiva, si el objetivo de la educación ha de ser la universalización de una formación básica con arreglo a niveles cada vez más exigentes de calidad y equidad, debe quedar garantizada en todo caso y con carácter prioritario la suficiencia y adecuación de las plazas públicas destinadas a este fin. Ambas redes pueden, y deben, cooperar al servicio público de la educación, entendido este como el elemento central para articular el mandato constitucional del derecho a la educación. Y todo esto no es atacar a la concertada ni es atacar a las familias. Es, sencillamente, educación pública y común entre todos, tal y como establece nuestra Constitución.

sábado, 16 de diciembre de 2017

BUENA POLÍTICA PARA LA MONTAÑA PALENTINA

Publicado en el Diario Palentino 14/12/2017

El declive económico y demográfico y la fragilidad en la dotación de servicios en la montaña palentina han estado siempre entre las prioridades de mi acción política y la de mi partido, tanto en las Cortes de Castilla y León como ahora en el Congreso de los Diputados. Llevamos muchos años trabajando con organizaciones sociales, con compañeros y expertos para proponer, en positivo, alternativas para esta montaña que no van a depender de soluciones milagrosas, sino del trabajo sostenido y de la buena política.
Las dificultades de la montaña no son de ayer. Necesita desde hace mucho tiempo una acción continuada de promoción económica y social, incluyendo una dotación adecuada de servicios e infraestructuras. Una ley de las Cortes autonómicas ha llegado a comprometer, sin llegar a los hechos, una agencia de desarrollo para la comarca ¡Qué menos! Hoy mismo -13 de diciembre- se cumplen 10 años de la aprobación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, a cuyo amparo se llegó a redactar por parte de la Junta un plan de desarrollo para la zona, que quedó en nada con los recortes del Gobierno del PP, que no llegó a firmar el convenio con la Administración autonómica para su aplicación.
Hemos registrado Proposiciones no de ley para impulsar el desarrollo económico de esta comarca, para defender el carbón autóctono, para exigir el cumplimiento del Plan del Carbón, para que llegasen los fondos Míner, desaparecidos en los últimos años.
En el PSOE tenemos un compromiso firme con el carbón nacional, frente a la posición del PP que pretende culminar el proceso de cierre de minas sustituyéndolo por carbón importado. En la política energética del PP no parece que quepan los factores sociales y territoriales, sino los estrictamente económicos.
Las reservas estratégicas de carbón, dentro del marco de cupos de generación con cargo a los recursos autóctonos para la garantía de suministro, forman parte de las herramientas de transición justa. En esto ha estado siempre el Partido Socialista.
Y ahora, por honestidad, es exigible estar a la altura de las circunstancias, decir la verdad y ser honestos con nuestros vecinos y vecinas.
 El PP se ha sacado de la manga un RD para regular el cierre de las instalaciones de generación eléctrica que había suscitado una gran expectativa para la minería española.  Sin embargo no recoge la principal demanda del Grupo Socialista: que la norma debería formar  parte del mecanismo de gestión de la “reserva estratégica”, constituida por los recursos energéticos autóctonos y no por fuentes energéticas importadas.
El gobierno ha estado utilizando políticamente la incertidumbre existente en el sector de la minería, eludiendo sus responsabilidades y dando a entender falazmente que estaba en manos del Partido Socialista su mantenimiento.
No es así. Los socialistas hemos estado defendiendo el carbón nacional como reserva estratégica mientras al Gobierno le movían sus fines de política energética, muy ajenos a la problemática social de las cuencas mineras.
Por eso, exigimos a los políticos que gobiernan en las localidades afectadas y en la Diputación Provincial que ejerzan su compromiso de representación de las necesidades de la comarca ante los gobiernos con competencias en la materia, tanto en la Comunidad Autónoma, como en el Estado y en la propia UE -con el  Sr. Cañete como Comisario de Energía-, todos del PP, que cumplan con esta comarca, empezando por:
·        Tomar en serio la sustitución progresiva de los recursos importados por recursos propios.
·        Dar un tratamiento singular para los territorios y colectivos vulnerables en transición energética, eso supone priorizar estas zonas con recursos para reactivar económicamente nuestra comarca. 
·        Planificar la instalación de nuevas plantas de generación con tecnologías limpias, priorizando estos territorios en la asignación de nuevos cupos para generar nuevos puestos de trabajo afectados por la reconversión.
·         Mantener las centrales de generación alimentadas con carbón autóctono como herramientas de respaldo para la obligada garantía de suministro.
Y, además, que en una situación de emergencia económica y demográfica, como la que nos afecta, que se concrete el tratamiento especial para esta zona de montaña que propone el artículo 130.2 de la Constitución.
Hoy y aquí se necesita responsabilidad y buena política. Eso significa asumir las responsabilidades, cada cual las suyas,  y sobre todo poner por delante el objetivo de mejorar la vida y las oportunidades de las personas en lugar de salvar la cara propia buscando culpables donde no los hay. Que nadie juegue con la vulnerabilidad que en este momento tienen muchas familias que dependen de la minería para hacer política del miedo o del “y tú más”. No es eso.
La montaña tiene mucha vida.

Mª Luz Martínez Seijo
Diputada del PSOE por Palencia en el Congreso de los Diputados.



domingo, 10 de diciembre de 2017

"Estabilidad sin inmovilismo: los retos de nuestro sistema educativo"


Os animo a leer mi último artículo publicado en la RevistaTemas, con un número especial dedicado a la Educación. "Estabilidad sin inmovilismo: los retos de nuestro sistema educativo".

La situación a la que ha conducido la Educación el Partido Popular requiere ponerse a construir de nuevo, para reparar aquello que ha sido duramente dañado y mirar hacia adelante con la vista puesta en un sistema que garantice equidad y calidad. Apostar por
una educación inclusiva y de calidad para todos es la garantía de un modelo de desarrollo sostenible y de trabajar para hacer posible que el bienestar llegue a todos. Dos elementos imprescindibles para la regeneración de España.




sábado, 20 de mayo de 2017

El futuro del PSOE, ahora.


Tocamos ya el final de esta larga campaña de Primarias para elegir a nuestro futuro Secretario general del PSOE. Han sido largos meses de profunda tristeza e incertidumbre para la militancia del partido socialista y también para los simpatizantes y votantes que durante este tiempo han mirado atónitos a los acontecimientos tan duros que se han vivido en el seno de esta organización: la obligada dimisión de Pedro Sánchez como Secretario General, quien fue elegido democráticamente por la militancia de este partido y segundo, la decisión de la abstención del GPS ante la investidura de Mariano Rajoy, sin contar con la opinión de los militantes del PSOE.

Sin embargo, estos meses también han servido para que miles de militantes hayan recuperado la ilusión y las ganas de trabajar e involucrarse en un proyecto político socialdemócrata renovado, que sea verdaderamente una alternativa de gobierno para frenar las políticas neoliberales que llevan dominando desde hace años  la política de nuestro país y que tanto daño han hecho a la clase trabajadora y particularmente a las personas con más necesidad de un sistema social que les proteja. España se ha convertido en estos años en el país con mayor desigualdad de los países de la Unión Europea y por si fuera poco la tasa de pobreza infantil ya está situada por encima del 30%.

España necesita un PSOE fuerte, renovado y consolidado en su organización, en la que prime la democracia interna y en el que la coherencia vuelva a ser la hoja de ruta de esta organización para recuperar la credibilidad tan necesaria para un proyecto político que aspire a volver a gobernar este país.



Apoyo y defiendo la candidatura de Pedro Sánchez, por su coherencia en la forma de proceder desde el primer momento, cumpliendo en una primera instancia con los acuerdos de un Comité Federal que le era adverso, y con posterioridad con la palabra dada en campaña y el mandato de los votantes socialistas.

Saint-Éxupery decía que «la persona se descubre cuando se mide con un obstáculo». Pedro Sánchez es un político libre con el precio que eso conlleva y  ha sorteado múltiples obstáculos y ha sabido transformar el dolor de los militantes cuando se regaló el Gobierno a la derecha, y convertirlo en ilusión por un proyecto colectivo haciendo partícipes a todos y todas.

En política no sirve con decir que se es socialdemócrata, hay que demostrarlo, hacer lo que decimos. Einstein dijo: «Se requieren nuevas formas de pensar para resolver los problemas creados por las viejas formas de pensar», y en estos tiempos difíciles para la socialdemocracia, el Partido Socialista es más necesario que nunca, ya que es el que debe definir la izquierda en nuestro país.
De Pedro Sánchez se han dicho muchas falsedades y ha habido muchas intoxicaciones. Se ha dicho que ha tenido los peores resultados electorales de la historia del PSOE. Simplemente NO es cierto. El peor resultado en la reciente historia democrática se sitúa en las elecciones europeas  de 2014 con 3.596.324 votos y Valenciano encabezando el cartel. Y si bien en las elecciones generales de 2015, con Podemos y Ciudadanos como nuevos entrantes en la competición electoral, se perdieron 6,7 puntos respecto a 2011, también en 2015 se dio una tendencia similar a la baja en todas las CCAA. Finalmente, en las elecciones de 2016, el PSOE pierde  122.000 votos, de ellos casi 90.000 en Andalucía, aunque  se subió del 22% al 22,67%, evitando el sorpasso de Podemos. Para cualquier persona amante de los hechos, el declive socialista comenzó en 2011.
Pero lo importante es mirar hacia el futuro y no hacia el pasado, y para acertar en este proceso los militantes del PSOE tenemos la responsabilidad de votar al candidato que sea la mejor opción y el candidato más preferido entre votantes y simpatizantes. Aquí no hay duda, los datos de todas las encuestas recientes coinciden en que Pedro Sánchez es el candidato preferido por los votantes y simpatizantes del PSOE en toda España, en una proporción que incluso dobla o triplica a la de Susana Díaz (vid. gráfico 1)


Avalé y votaré a Pedro porque creo que es la mejor opción para afrontar un siglo XXI difícil para la socialdemocracia europea y sólo será posible desde los valores de la izquierda. Por ello pido a todos los militantes que el domingo no miren al pasado, sino hacia el futuro.


Publicado el 20 de mayo de 2017 en el Norte de Castilla, Palencia.

sábado, 15 de abril de 2017

Ilusión y compromiso


Hoy quiero compartir algunas de las vivencias que he podido tener la suerte de vivir y compartir como militante socialista con otros compañeros y compañeras en los últimos meses. Diputados y más tarde expertos, todos ellos personas con gran compromiso con el PSOE hemos acudido a múltiples actos organizados e impulsados por las plataformas de militantes que han ido surgiendo de manera espontánea por toda España desde la dimisión de Pedro Sánchez el pasado 1 de octubre.

He tenido el privilegio de compartir muchos actos con grandes compañeros y ahora amigos, socialistas comprometidos con los valores y principios del PSOE. En cada acto al que hemos asistido, hemos  hablado y debatido sobre política, sobre la situación del Partido Socialista, sobre la imperiosa necesidad de cambiar, de abrirnos como organización, de modernizarnos  y reencontrarnos. Son necesidades centradas en el objetivo de reforzar a este partido y volver a convertirlo en la única alternativa de izquierdas a las políticas de esta derecha española que tanto están dañando a nuestra sociedad, y en especial a las personas que siempre han contado  con nosotros para construir una sociedad más justa, igualitaria y solidaria.

Estos meses nos han reforzado más en nuestras creencias y convicciones, hemos escuchado a miles de militantes que comparten con nosotros la demanda de cambios internos que refuercen la participación de la militancia en la toma de decisiones y en su asunción de un papel más activo dentro de la organización y en  nuestra sociedad.

En todos estos actos, siempre nos encontramos entre los asistentes con la ilusión, la esperanza del cambio y el compromiso personal para llevarlo adelante. Son miles y miles de personas las que han acudido y siguen acudiendo a los actos con Pedro Sánchez o con su equipo, y son los militantes los que nos impulsan a seguir en este camino y en este proyecto imparable  para que el Partido Socialista cambie, para que nuestra organización recupere su fortaleza y su credibilidad social. ¡Está en juego, el futuro político de este país, nada más y nada menos!

Este proyecto no sólo se centra en cuestiones orgánicas internas, es mucho más ambicioso. Es un proyecto que va más allá de nuestras fronteras y  en un contexto europeo pretende generar una nueva y moderna social democracia, para que esta recupere su finalidad en una Europa castigada políticamente por los efectos del capitalismo desmedido que las fuerzas progresistas no hemos podido frenar. Estamos construyendo colectivamente este proyecto que parte del reconocimiento de la realidad, de la débil situación de la social democracia en España y en Europa, con autocrítica, con realismo  y con propuestas.


Somos muchos los que creemos en este proyecto, somos muchos los que colaboramos y somos muchos los que anhelamos cambiar para recuperar credibilidad, cambiar para ganar la confianza de los electores, cambiar para prestar el servicio que la sociedad demanda,  cambiar para  ser mejores y volver a gobernar.